Preparación mínimamente invasiva.
Desplázate por la foto para ver el antes y el después del tratamiento.
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Las carillas son unas finas láminas de cerámica que se colocan en la parte frontal del diente para modificar forma, grietas, color, incluso a veces corregir pequeños alineamientos. El uso de uno u otro material da lugar a tratamientos diferenciados.
La elección del material dependerá de muchos factores, entre otros, los hábitos del paciente, y se determinará el diagnostico después de la primera valoración, explicando de antemano los pros y los contras de ambos tratamientos.
Lo ideal si se quiere hacer un diseño de sonrisa es hacer un blanqueamiento previo, para tener un buen sustrato a la hora de hacer las carillas, ya sean de cerámica o de composite. En ambos casos las láminas finas presentan ciertas transparencias que permiten que pase la luz y se refleje en el resultado final.
Las carillas de cerámica son unas láminas muy finas (entre 0.3 y 1.8 mm de grosor) hechas a medida en el laboratorio que se unen en la parte visible del diente, en la parte externa y frontal.
Este tipo de carillas constituye un tratamiento conservador y requiere una preparación del diente en la parte frontal (preparación mínimamente invasiva).
Es preciso un estudio previo de sonrisa, personalizado y adecuado a cada paciente. Se realizan fotos, videos e impresiones para evaluar la sonrisa y las características faciales.
Las carillas de cerámica son el material más estético, no absorben tinciones y están completamente intactas pasados los años. Se requieren revisiones, como deben hacerse independientemente de las carillas. Son más costosas al principio, pero son más resistentes y duraderas.
Los dos tipos de cerámica óptimos para las carillas de porcelana son feldespáticos y disilicato de litio.